El desorden de los números se debe a que el juego trata de penalizar la falta de puntería. Si te llegas a fijar bien, al lado de cada número grande hay dos pequeños, si fallas el premio es escaso y si aciertas el premio es grande. Esta idea se le atribuye al fabricante de dianas Brian Gamín, que en 1986 decidió ordenarlos de esta peculiar manera. Lo que no sabía es que hay millones de formas de ordenarlos y esta es casi la mejor opción.